jueves, 12 de enero de 2017

EL SEÑOR DE LOS VIENTOS

Llegamos a Eolia,la isla flotante del señor de los vientos, donde él me entregó
un odre con todos los vientos de este mundo,excepto uno,el Céfiro,que había de llevarnos a casa sanos y salvos. Al entregarme aquel odre, estaba locamente emocionado y decidí volver de inmediato a alta mar, sin perder más tiempo.
Navegamos días y días pero al fin cuando logramos divisar Ítaca me vencí por mi gran sueño tras no dormir en todos estos días de navegación.Pero tras caer rendido por el sueño,mi tripulación abrió el odre, desconfiando en mi palabra, y todos los vientos nos retrocedieron aun mar desconocido y mis esperanzas antererios de volver a casa con mi familia desaparecieron.

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